Anoche fui testigo del regreso de Back To The Future a los cines argentinos. Me encontré en una sala llena, llena de verdad, como solo me pasó en estrenos de Harry Potter o El Señor de los Anillos. Había tres generaciones convocadas en un mismo lugar, gente grande, gente joven, familias, amigos y sobre todo, sonrisas por doquier. Todos estábamos emocionados, casi sin creer que de verdad estábamos a punto de ver esa película mítica que estuvo presente durante 25 años de nuestras vidas.
La película empezó a las 23:30 y también empezó la felicidad. Podía sentir que mis ojos brillaban, y seguro que mi expresión era de un embobamiento total. Vi BTTF incontables veces, pero esta fue la mejor. Pude prestar mejor atención a muchos detalles, disfrutar de esa grandiosa banda sonora y reír mucho. No importó que me supiera todos los diálogos de memoria, lo hizo aún más maravilloso.
Es inspirador cómo una película de 25 años aún puede movilizar a tantas personas.
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