29.1.09

La Expedición

"Bien, eso es todo. No sé si a ti te ocurre lo mismo, pero cada vez que llego al final es como si me despertara. Es un poco triste perder de vista un sueño, pero lo que hay a nuestro alrededor -el mundo real- también merece la pena. Gracias por viajar conmigo. Me lo he pasado muy bien. Siempre disfruto. Espero que hayas llegado sano y salvo y que vuelvas otra vez porque, como dice ese mayordomo de Nueva York tan divertido, siempre hay más cuentos..."

Stephen King
Bangor, Maine
1985

26.1.09

Damien Rice

Sólo él y su guitarra. No necesitó nada más.

Es el hombre más sencillo y adorable que he visto en un escenario.

Ni siquiera nos dio tiempo de suicidarnos porque nos hacía reír todo el tiempo.

Especial. Esa es la palabra. Es el ser más especial que han visto mis ojos.

I'm too shy, I should have kissed you
When we were alone

25.1.09

Crónica de unas Pseudovacaciones

Cuando mi mamá me comentó su idea de ir a una quinta en un pueblo a una hora de casa, me gustó. Tenía pileta, eso fue todo lo que necesité saber. Creí que sería el relax perfecto.

Me equivoqué.

El lema de esta última semana ha sido:

"La casa más estúpida, con el dueño más estúpido."

Entiendo que no todos pueden ser tan detallistas como mi familia. Mi papá es obsesivo con los detalles, y los demás tenemos algo de eso también. Es contagioso. Pero... el hombre que construyó esa casa no tiene ni una neurona en funcionamiento. Arquitectónicamente, la casa estaba mal hecha. Poco espacio. Terriblemente incómoda. Y eso que me supone que entran nueve personas. Éramos cinco y nos queríamos morir. Y como si fuera poco, la casa encerraba mucho calor y el ventilador de mi habitación era una porquería, uno de pie que no alcanzaba a ventilarnos ni a mí, ni a mis primos. El baño se inundaba de nada cuando nos duchábamos. La casa tenía 100 puertas sin ningún sentido. Había demasiadas mesas en el patio, y todas distantes entre sí, enterradas en el suelo, así que era imposible moverlas para formar una mesa más grande.

Agregarle las gallinas, el gallo y el pollito que viven a tiempo completo en ese lugar. Criaturas benditamente insoportables. Además vivía un caballo cerca, que cada vez que relinchaba nos mataba del susto. Y las cotorras, no se callaban en todo el día.

Otra cosa era la población. La gente era muy extraña, muy... espeluznante. Supongo que la gente del campo está acostumbrada a otro tipo de relaciones, como contarte toda su vida mientras comprás el pan.

Y estoy muy segura que los perros odian el pueblo y quieren irse con todas sus fuerzas. Todos los perros nos adoptaban (sí, nos adoptaban) y se metían en nuestra casa. El primer día se metió uno muy particular, un cachorrito negro con manchas blancas, cruza con Collie que nos robó el corazón. Lo llamamos Jacob. Le dábamos de comer y hacíamos planes para ver a dónde podíamos llevarlo cuando volviéramos a casa. Pero Jacob tenía dueño. En realidad, se llamaba Cacho (¬¬) y lo venían a buscar a cada rato y eso venía seguido de una golpiza horrible. El pobre perro lloraba, lo maltrataban todo el tiempo. No me extraña que se escapara de su casa para venir a la nuestra. Con nosotros era feliz. Y todos los perros nos seguían por la calle, era raro... Me siento mal por dejar a Jacob con esa gente :(

En fin... fue una semana absurda. Sólo rescato a Jacob y a la pileta, que era grande y profunda. ¡Ah! También rescato jugar al Scrabel en inglés. Un día tenemos que intentarlo xD

14.1.09

La importancia de un libro (de uno bueno)

Para mí, culminar la lectura de un libro determina un antes y un después, una especie de muerte y reencarnación. No soy la misma persona al cerrar la contraportada del libro. Algo muere dentro mío, porque la historia que había cobrado vida en mi interior se ha marchado para siempre. Pero no sin dejar en mí una huella imborrable, un recuerdo que podré evocar hasta que mi memoria perezca.

Y llega el momento de despedirnos, el libro y yo. Lo estrecho fuertemente contra mi pecho, lo beso para sellar mi afecto y dejo escapar alguna lágrima para liberarme de la angustia. Sí, angustia. Porque esta miserable existencia mortal no me bastará para leer todo lo que merece ser leído.

4.1.09

2009

Hoy me di cuenta que extraño escribir en un blog, y que extraño leer los blogs de gente querida. Y que no comprendo por qué dejé de hacer las dos cosas. Todo este tiempo se lo adjudiqué a mi cansancio mental, pero ahora no estoy tan segura. Tal vez sólo me faltaba esa inspiración que ayuda a vivir día a día.

Cuando se termina un año, nos preguntamos adónde se va el tiempo, cómo es posible que pase tan rápido. Y nos ponemos nostálgicos, recordando otros tiempos, cuando todo parecía ser perfecto, tranquilo. Lo más probable es que no lo fuera, pero sentimos que lo vivido anteriormente no se compara con el molesto presente, en donde nos sentimos estancados, sin movernos a ningún lado, mientras el tiempo nos pasa de largo.

Espero, sinceramente, que este nuevo año nos permita alcanzar al menos algunas cosas que deseamos, al menos un mínimo cambio que alegre nuestros corazones.

Les doy la bienvenida a mi nuevo blog, que en su momento fue creado para dejar salir a la luz ciertos sentimientos. Sentimientos que ahora desaparecieron, y esto marca un nuevo comienzo para mí. Nada dejó de ser imperfecto, pero al menos estoy algo más tranquila.